En
mi recorrido diario para ir a la universidad (igual que todos lleno de
monotonía), ocurrió algo inesperado, si existiese la magia diría que fue mágico
pero lastimosa mente no le hallo el sentido a aquel encuentro. Escribo esto
porque me gusta redactar lo que siento, vivo o sueño, ya que poseo una memoria
que suele olvidar con facilidad y al leerlo en mis escritos me hace recordar
para así, no olvidarlos.
Era
una mañana nublada con su peculiar brisa que ínsita a quedarse en la cama. Ya
teniendo tolo listo para el día de clases, me dispuse a salir de mi hogar hacia
la avenida donde tomo el carro que me lleva a mi destino. Mientras caminaba
escucho una voz pronunciando mi nombre.
-David- me dijo, -David- repitió, lo alcanzo a
visualizar parado en una esquina.
-Usted
me llamo ¿verdad? – dije sin titubeos.
-Si-
Me respondió, con un timbre de voz que por algún motivo me sonaba familiar.
Tenía
el cabello ya con algunas canas, podría decir que tenía unos 45 años de edad
aproximadamente.
-¿En
que lo puedo ayudar?- Pregunte. Esbozo una pequeña sonrisa y dijo:
-¿Cómo
esta mamá?- Me quede pensando en mi
respuesta o en mis acciones después de aquella pregunta.
-Usted
está loco- dije y me dispuse a seguir caminando.
El
desconocido suelta una enorme carcajada y me dice:
-Oye,
soy tú del futuro- Miro por encima del hombro como un acto mecánico cuando
alguien te dice algo por atrás. Me planto en seco y con un poco de miedo
regreso hasta él para decirle:
-¿De
verdad?, esto debe ser un sueño no lo puedo creer.
Tenía
tantas preguntas que no sabía por cual comenzar, decidí preguntar por la
familia
Están
todos bien, mamá un poco viejita pero con salud, papá regreso del extranjero
para quedarse en el país y nuestros hermanos en sus respectivas casas.
-Y
tu- Exclame, ¿A qué te dedicas?
-Pues
yo- Respondió, hago lo que me gusta y con ello vivo, lo sabrás cuando llegues a
mi edad.
No
me empeñe en obligarlo a que me diga sobre mi futuro, podía percibir la
satisfacción que él sentía al hablar de su presente. No me preocupe.
Pregunte
como era su mundo, en otras palabras mi futuro.
Dijo
que no había avanzado mucho y al igual que en todos los tiempos salían
enfermedades que unos días después encontraban su cura. También dijo que el
presidente fue asesinado unos 10 años atrás y en los medios decía que lo asesinaron
“por sus buenas obras” (lo pronuncio con un tono sarcástico). Le pregunte sobre
la moneda, me dijo que hubo un conflicto entre presidentes hace unos 15 años en
el cual el Ecuador volvió a poseer una moneda propia (Ya sabrás como se llama).
Recordé
que tenía que ir a clases, me despedí con un apretón de manos y corrí hasta
coger el carro. Al llegar al aula miro la hora, era la misma hora a la que
llegaba todos los días. No busco explicación, lo guardo en estas hojas ya que
en un par de semanas lo abre olvidado.
(Inspirado en el cuento "El Otro" de Jorge Luis Borges)