lunes, 24 de noviembre de 2014

No me entiendas

Quien me impide q mis versos no tengan nombre, razón.
Sin razón es mas fácil digerir
Mientras me ahoga el suspenso de tus pensamientos q quiero ignorar.

Escuchas como los latidos se apagan,
Los escuchas ?
Me alegro, yo ya no puedo oirlos.
Por q? No me lo preguntes
Tengo los audífonos puestos para no escucharme.
Pero háblame, tratare de ignorarte para q no te sientas mal.

Escríbele a este analfabeto, a un analfabeto q no entenderá lo q quieres decir
Hasta q te le acerques y hables con el.
No me conozcas tan bien, ni trates de entenderme,
entenderme ?
Entenderme es lo mas facil del mundo, cuando no intento cuestionarte.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Yo y Yo



En mi recorrido diario para ir a la universidad (igual que todos lleno de monotonía), ocurrió algo inesperado, si existiese la magia diría que fue mágico pero lastimosa mente no le hallo el sentido a aquel encuentro. Escribo esto porque me gusta redactar lo que siento, vivo o sueño, ya que poseo una memoria que suele olvidar con facilidad y al leerlo en mis escritos me hace recordar para así, no olvidarlos.
Era una mañana nublada con su peculiar brisa que ínsita a quedarse en la cama. Ya teniendo tolo listo para el día de clases, me dispuse a salir de mi hogar hacia la avenida donde tomo el carro que me lleva a mi destino. Mientras caminaba escucho una voz pronunciando mi nombre.
-David-  me dijo, -David- repitió, lo alcanzo a visualizar parado en una esquina.
-Usted me llamo ¿verdad? – dije sin titubeos.
-Si- Me respondió, con un timbre de voz que por algún motivo me sonaba familiar.
Tenía el cabello ya con algunas canas, podría decir que tenía unos 45 años de edad aproximadamente.
-¿En que lo puedo ayudar?- Pregunte. Esbozo una pequeña sonrisa y dijo:
-¿Cómo esta mamá?-  Me quede pensando en mi respuesta o en mis acciones después de aquella pregunta.
-Usted está loco- dije y me dispuse a seguir caminando.
El desconocido suelta una enorme carcajada y me dice:
-Oye, soy tú del futuro- Miro por encima del hombro como un acto mecánico cuando alguien te dice algo por atrás. Me planto en seco y con un poco de miedo regreso hasta él para decirle:    
-¿De verdad?, esto debe ser un sueño no lo puedo creer.
Tenía tantas preguntas que no sabía por cual comenzar, decidí preguntar por la familia
Están todos bien, mamá un poco viejita pero con salud, papá regreso del extranjero para quedarse en el país y nuestros hermanos en sus respectivas casas.
-Y tu- Exclame, ¿A qué te dedicas?
-Pues yo- Respondió, hago lo que me gusta y con ello vivo, lo sabrás cuando llegues a mi edad. 
No me empeñe en obligarlo a que me diga sobre mi futuro, podía percibir la satisfacción que él sentía al hablar de su presente. No me preocupe.
Pregunte como era su mundo, en otras palabras mi futuro.
Dijo que no había avanzado mucho y al igual que en todos los tiempos salían enfermedades que unos días después encontraban su cura. También dijo que el presidente fue asesinado unos 10 años atrás y en los medios decía que lo asesinaron “por sus buenas obras” (lo pronuncio con un tono sarcástico). Le pregunte sobre la moneda, me dijo que hubo un conflicto entre presidentes hace unos 15 años en el cual el Ecuador volvió a poseer una moneda propia (Ya sabrás como se llama).
Recordé que tenía que ir a clases, me despedí con un apretón de manos y corrí hasta coger el carro. Al llegar al aula miro la hora, era la misma hora a la que llegaba todos los días. No busco explicación, lo guardo en estas hojas ya que en un par de semanas lo abre olvidado.   

(Inspirado en el cuento "El Otro" de Jorge Luis Borges)